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En el proceso civilizatorio de la sociedad, la contención del cuerpo femenino ha jugado un papel fundamental. El siglo XIX es el periodo en la historia occidental en donde se construyen normativas que muestran un empeño por definir, construir y vigilar a la mujer de acuerdo a los lineamientos impuestos por una sociedad heterosexual y patriarcal. Cuidar sus deseos y enjaular sus pasiones asegura que el status quo sobreviva y que el sistema funcione acordemente.
Enjaular los cuerpos. Normativas decimonónicas y feminidad en México, Colegio de México 2008, reúne los trabajos de diez investigadoras especializadas en la historia de las mujeres, quienes estudian el desarrollo de un discurso en donde se relacionan normas y representaciones para crear una idea del cuerpo femenino como: máquina de reproducción, de placer, fuente de alimento, inspiración para el arte, contenedor de histerismos, motivo de perdición. Es decir, la construcción de un sinfín de jaulas que atrapan no solo al cuerpo, sino a la conciencia misma de la mujer decimonónica. Jaulas visibles e invisibles creadas en una modernidad pautada por la secularización, que se desarrollan en ámbitos como lo social, lo legal, y lo religioso.
La compilación es prologada por Julia Tuñón quien, con una buena base teórica, presenta un panorama sobre los debates en torno a la construcción de un modelo abstracto, universalista y totalizador que ha intentado crear la categoría “Mujer”, e imponerse al individuo concreto, creando una serie de diferencias y verdades significativas.
El Centro de estudios sociológicos y el Programa interdisciplinario de estudios de la mujer del Colegio de México, ha publicado una gran cantidad de textos que, dentro del análisis de la “historia cultural”, analizan el imaginario colectivo que prevaleció en el siglo XIX. Estos estudios nos hacen pensar sobre si hay o no valores universales sobre la teoría de género o si, por lo contrario, es fundamental desarrollar teorías más específicas a determinadas colectividades y problemáticas. 
