El pasatiempo transnacional: Guest Post by Sam Ginsburg

 

Hace casi 51 años, Estados Unidos se encontró dentro de una crisis monumental.  El gobierno recibió información sobre una base de misiles soviéticos en Cuba, isla solo 80 millas al sur. Durante 13 días en Octubre de 1962, los norteamericanos vivieron con miedo, siempre al borde del pánico (sentimiento posiblemente similar al de la gente de Moscú, debido a los misiles norteamericanos situados en Turquía). Por suerte, los líderes finalmente cancelaron su “game of chicken”, y la Guerra Fría siguió sin el uso de las armas nucleares.

Esta historia es clave para entender el pánico de este verano.  Para algunos, la fundación de nuestra nación, las barras y las estrellas mismas, pueden explotar en cualquier momento. Algunos enemigos han infiltrando nuestra institución más sagrada y están a punto de atacar.  Los cubanos han vuelto, y ya tienen armas.

Cespedes y PuigOk, los cubanos tienen bates, pero son bates muy peligrosos.  Aprendimos eso el julio pasado después del espectáculo anual que siempre ha formado una gran parte del verano norteamericano– el Home Run Derby.  El cubano Yoenis Céspedes ganó, con sólo 27 años, eliminando a algunos de los jugadores más grandes de la liga. Céspedes era relativamente desconocido por jugar en Oakland, fuera de los grandes centros de la comunicación.  Pero en un momento, Yoenis creó muchos enemigos por todo Estados Unidos, personas que vieron al cubano como representante de nuestros problemas nacionales más graves.

Pero Yoenis no tiene toda la culpa.  Pedro Gomes, el periodista de ESPNoriginalmente de Florida, decidió entrevistar al ganador en el idioma que los dosentienden y el que Céspedes se siente más cómodo, el español.  Gomez tradujo todas las respuestas, pero el daño ya estaba hecho.  El escándalo estalló en Internet.  Twitter se llenó con quejas, los usuarios estaban muy ofendidos con el hecho de que tantos años de tradición habían sido arruinados en una entrevista.  Los comentarios son realmente desagradables, no merecen más atención, pero muestra que una parte de este país, grande o pequeña, estuvo realmente ofendida porque dos personas se comunicaron en español.

La ironía de está situación me confunde y desconcierta. Por muchos años,  una gran parte de los mejores beisbolistas han sido hispanohablantes.  Históricamente, los Estados Unidos traía el béisbol a cualquier lugar donde tenía relaciones coloniales—política o económicamente.  No es una coincidencia que los únicos ganadores del Clásico Mundial de Béisbol hayan sido dos países con períodos de la influencia militar norteamericana— Japón y Cuba.  Louis Pérez, Jr, habla mucho del tema en On Becoming Cuban: Identity, Nationality and Culture, explicando cómo el juego influyó en la cultura y la lingüística cubana.  Al mismo tiempo,  la cantidad de hispanohablantes de primera y de segunda lengua en los Estados Unidos crece cada día.  Entonces, ¿Por qué tanto pánico?

Una queja común fue que ya existe “ESPN Deportes” el canal especialmente para noticias atléticas en español.  Pero cruzar esta línea, usar una lengua secundaria en un canal primario, para algunos, eso es una invasión, una crisis nacional. Desafortunadamente, esto no sólo ocurre en las grandes ligas.  En abril, un árbitro en Nuevo México casi canceló un partido entre dos escuelas secundarias por el uso de español entre los jugadores.  Pero en un mundo más y más globalizado, ¿cómo hay todavía gente que tiene miedo de otras lenguas?

Es posible que se deba a algo más que al idioma.  Una de las mayores sorpresas de la temporada fue Yasiel Puig, de los Dodgers.  Originalmente de Cienfuegos, Puig salió de Cuba en 2012 y con sólo 22 años ya juega en la segunda ciudad más grande de los Estados Unidos.  Inicialmente, todas las noticias se centraban en su talento inmenso, su capacidad de triunfar en los momentos más importantes.  Pero últimamente el foco se ha dirigido hacia su actitud, como se comporta, y respecto a su madurez.  Cuando uno ve el desmedido escrutinio que recibe un joven que acaba de dejar toda su vida por una oportunidad de jugar béisbol, resulta imperioso pensar si otros factores—xenofobia, racismo, etc.—están influenciando la mirada de los medios y el público.

Para volver a la situación con Céspedes, hay que recordar que este año todos los eventos del All-Star Weekend sucedieron en el estadio de los New York Mets.  Citi Field está situado a unos minutos en tren de Jackson Heights, Queens, donde se encuentra una de las poblaciones de inmigrantes latinoamericanos más grande de la ciudad.  En esta sección de la ciudad, como en muchas partes del país, la lengua primaria es el español.  Y sin ir demasiado lejos,  al otro lado del propio estadio se encuentra ubicada Flushing, base de una población enorme de inmigrantes asiáticos, un lugar donde uno puede escuchar una cantidad realmente impresionante de idiomas en cualquier esquina.  En Estados Unidos existen muchos barrios así, con muchas lenguas, y muchas personas a quienes les gusta el béisbol. Así que esto no debería ser un problema.

Al momento, es todavía posible que Céspedes y Puig, o bien Oakland y Los Ángeles, jueguen en la Serie Mundial este octubre. Durante algunas semanas, entonces, todo el país va a ver cómo algunos cubanos batallan por sus nuevos equipos norteamericanos.  Espero que todos puedan dejar el pánico y disfrutar del partido.

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