Guerra fría, mujeres viriles

The americans ElizabethPara alguien que nació y creció en la época de la Guerra Fría (1947-1991), series de televisión como The Americans actualizan imágenes grabadas en su subconsciente sobre un mundo de intriga, agentes secretos y el constante temor de un enfrentamiento entre dos “súper” poderes en pugna. La serie de televisión, lanzada en enero de 2013 en la cadena de televisión FX, aparece como preámbulo de una nueva conversación sobre uno de los participantes más importantes de la Guerra Fría: Rusia. En febrero de 2014, los Juegos Olímpicos de invierno pusieron las cámaras de televisión sobre esa zona remota del mundo y sobre la cara de Vladimir Putin, mandatario por más de 14 años de ese país. Dos meses después, la intervención militar rusa a Ucrania llena otra vez los encabezados e incluso, para algunos, hace resurgir los temores de una nueva versión de la Guerra.

The Americans ha contribuido a recrear para las nuevas generaciones el estado de ansiedad que se vivía en Estados Unidos durante los años previos a la caída del bloque soviético, el muro de Berlín y la disolución de la KGB, pero también ha aportado un nuevo elemento al imaginario colectivo sobre este evento: personajes femeninos que participan de manera activa para defender la causa del bloque soviético. En la serie, escrita por un ex agente de la CIA, Joe Weisberg, las espías de la KGB son las que ganan el reflector, con papeles donde son sensuales, calculadoras, inteligentes y despiadadas, a la vez que buenas esposas y madres. Son claros ejemplos de las mujeres viriles de que Barbara Spackman habla en su libro Fascist Virilities. Rhetoric, Ideology and Social Fantasy in Italy (1996), y reúnen las características que los sistemas totalitarios organizados en la Segunda Guerra Mundial exigieron de las mujeres para colocarlas en la línea del nacionalismo.

La virilidad femenina es para estos sistemas atributo indispensable en la mujer, porque la defiende de su feminidad, sin masculinizarla, y porque reescribe  su función como esposa y madre ejemplar, con un amor tan “racional” que le permite sacrificar a su esposo e hijos por la causa. Pues, como Althusser argumentaba, las ideologías no tienen que ser completamente coherentes, ni tampoco totalmente irracionales, sino que todo es posible dentro de un “amplio margen de incongruencias lógicas”. En estas incongruencias es en donde la mujer se mueve, utilizando su cuerpo para llevar a cabo su agencia y para entrar en espacios donde los hombres no pueden hacerlo. Como Lucía la agente nicaragüense, quien apoyando al espionaje ruso lucha por su propia causa.

The Americans es un ejemplo de que en la “aporía lógica” que las ideologías crean se reescribe el discurso de la heterosexualidad, se re-teorizan discursos de violencia, y se fusionan elementos aparentemente incompatibles en la delimitación de los géneros. Sin embargo, la idea de una mujer viril no solo se ve en el contexto de la Guerra Fría u otros conflictos bélicos, sino en muchos ámbitos de la sociedad, siempre en el centro de una construcción ambigua y problemática. Ser a la vez la mujer que Teresa de Ávila decía, “The americans Elizabeth SpackmanSpackmantan viril que hasta espante a los hombres”, o la de Teresa Labriola, una con “un corazón maternal, pero con una mente viril”.

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on pinterest

Deja una respuesta