Asere, ¿qué bolá? Vamo’ hablá cu(b)ano

Dentro de la variedad del español cubano, el término asere constituye un ejemplo de polisemia, es decir, la capacidad de una palabra para tener múltiples significados o acepciones según el contexto en el que se emplea. A pesar de no encontrarse en los diccionarios oficiales de la lengua española, quizás por haber sido catalogado como indicador de las capas sociales bajas, incultas y pobres, asere es sin duda alguna un sello distintivo del argot de la comunidad hispanohablante de Cuba. Su uso es extremadamente común en las conversaciones familiares y amigables (lenguaje coloquial) y es comparable al castellano tío o al inglés bro(ther).

Asere va más allá que un simple saludo, indicando principalmente un grado de cariño hacia la persona a la cual va dirigido, mostrando la amabilidad y camaradería típica de la cultura cubana. De hecho, asere puede usarse como sinónimo de “amigo”, “hermano”, “camarada”, “socio”, etc., y se encuentra generalmente en expresiones típicas cubanas que agudizan su carácter familiar:

  • Asere, ¿qué bolá?
  • ¿Cómo está la cosa, asere?
  • Asere, ¿qué vuelta?

Dichas expresiones, que corresponden al castellano “¿qué tal?”, son algunos ejemplos distintivos de expresión del carácter y de la identidad cubana en películas, libros y canciones.

El origen de esta palabra remonta a la jerga afrocubana del período colonial español. Los esclavizados, que procedían usualmente desde España (ladinos) o desde África (bozales), trajeron consigo sus rituales religiosos, al igual que ciertas expresiones relacionadas con las etnias africanas (Brau 1966). El término asere solía ser utilizado como forma de saludo religioso divino en el lenguaje ritual carabalí por algunas poblaciones de África Occidental, como por ejemplo los Abakuá, también conocidos como Ñáñigos (una versión afrocubana de la masonería, véanse a Actas del Folklore 1961). Los Lucumíes, en cambio, utilizaban este vocablo como una muletilla, con un significando parecido al del inglés man: “¡Acabaste, asere!” (Cabrera 2020).

El uso de asere se suma a una serie de expresionesque resaltan el origen africano de las poblaciones caribeñas, muchas de éstas relacionadas con la esclavitud. Por ejemplo, “Aquí el que no tiene de congo tiene de carabalí”, locución reportada también en Puerto Rico, señala los distintos lugares en África desde donde zarpaban las embarcaciones de esclavizados hacia las Américas–la desembocadura del río Congo o el golfo de Calabar–(Álvarez-Nazario 1974). De igual forma, el modismo “El que no tiene (de) dinga, tiene (de) mandinga” indica la incertidumbre del origen africano de los que fueron esclavizados, denotando como hoy en día la totalidad de la población caribeña tiene, en varios porcentajes, herencia africana (Del Rosario 1965).

Por su procedencia conectada a la esclavitud, asere ha logrado pasar, a nivel social, de estigma a atributo nacional. A lo largo de los años noventa, mencionar esta problemática palabra implicaba automáticamente un regaño empapado de racismo: “asere es un conjunto de monos apestosos”. Semejante definición, que tenía el objetivo de prohibir el uso del término asere, resulta aún más grave si se considera que este “regaño” procedía directamente del personal docente (sin importar su fenotipo), categoría supuestamente encargada de educar a los cubanos del futuro y que, en cambio, reflejaba y fomentaba hondos procesos de insospechada estigmatización social.

Así como la educación se alzó contra una palabra (asere) y su capacidad de filtrarse en la cotidianidad lingüística, a distancia de treinta años el pueblo cubano se alzó contra la educación, elevando el vocablo asere como representación de una nación unida. Un ejemplo reciente ocurrió en el último Clásico Mundial de Béisbol: a raíz de una racha de buenos resultados por parte del así llamado “Team Cuba” (sobrenombre de la selección nacional de béisbol que resistió incluso a los cambios lingüísticos impuestos por la Revolución de 1959), el pueblo caribeño se identificó tanto con sus compatriotas que llegó a apodarlos como “el Team Asere”. Éste es el interesante trecho de la palabra asere, de “conjunto de monos apestosos” a la identidad cubana de un equipo de béisbol.

Además de un saludo y de ser símbolo de la identidad cubana, asere es ampliamente difundido entre los cubanos con otros propósitos, dependiendo del contexto y de la entonación. Puede señalar sorpresa o asombro ante algo inesperado que ocurrió o que se está contando (¡Asere, no me lo puedo creer!), así como indicar una persona de confianza (Ese asere es de fiar). Este término muestra la riqueza del lenguaje cubano y su capacidad para crear expresiones únicas y cargadas de significado en el contexto cultural de Cuba.

¿Qué bolá, asere? ¿Entendiste de que va la cosa o qué?

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