“Cuando todo el mundo civilizado desaparezca, México seguirá existiendo, cuando el planeta se desvanezca o se desintegre, México seguirá siendo México.”
Roberto Bolaño (Los detectives salvajes, 1998)
No se puede enseñar la solidaridad: hay que vivirla. Es necesario sentir que se desploman los otros y que con ellos te desplomas tú, o una parte de ti, o una parte de tu nostalgia. El dolor del otro es mi dolor. Aunque la solidaridad se cuente, no se entiende hasta que una fuerza invisible te empuja fuera de lo cotidiano. Todo lo demás se reduce a polvo. Todo eso que no importa en realidad, se desvanece. Es en ese momento de incertidumbre cuando la solidaridad se muestra como es.
Los terremotos, al final, también destruyen lo trivial.
El 19 de Septiembre de 2017 México se nos volvió a caer a pedazos, esta vez de forma también literal. Se nos derrumbó todo el argumento y hasta la manía de pelearnos por cuestiones bizantinas. De ahí, de entre esas cenizas y esos trozos pesadísimos de concreto, volvimos a nuestro centro. Ante todo, se enarbola ahora la posibilidad del cambio, la certeza de que sí podemos, México, sí podemos; pudimos en 1985 y estamos volviendo a poder, aún con estos ojos de tantos de nosotros que no estuvimos ahí para ver a nuestros padres, abuelos y amigos horrorizarse hace 32 años; con estas manos que estamos lejos de nuestra casa, de nuestros afectos, de toda oportunidad de levantar una piedra o acompañar al herido; con estas ganas y estos ímpetus desenfrenados por cuidarnos, por estar bien, juntos, completos.
Todo esto se puede, México.
Todo esto se puede.
A México no lo tira ni Dios. Si México se deshace, entre todos lo volvemos a erigir. Estos días pasados me han servido para estar infinitamente agradecida de compartir vida con tanta gente tan chingona que se ha salido de su rutina diaria para ayudar de la forma en la que le sea posible. Este es mi México: el que resiste. El México por el que trabajo, la razón que me hace querer volver siempre a casa, a esa casa que sigue en pie porque entre todos la sostenemos.
México: enorme, caótico, jodido, desordenado, radiante, cansado, valiente, optimista, roto, furioso, fantástico.
México: uno y muchos al mismo tiempo.
Aquí estamos. No nos soltemos.