Texto urgente desde Quito

Se caen las máscaras. Vuelve el fantasma del paro. Se le viene el mundo encima al Banquero.

Por Gabriel Noriega

El 11 de abril tuvo lugar la segunda vuelta de las elecciones: una escueta mayoría de votantes eligió al Banquero, porque el fantasma del correísmo —que ya se fue hace mucho y con él se había llevado también 70 mil millones de dólares en corrupción— es la fuente de toda la maldad en el mundo y además nos cae pésimo el hombre. ¡Abajo el cas-tro-cha-vis-mo! (así en una sola palabra), ¡abajo los impuestos al patrimonio y al despido!, ¡arriba los emprendedores de la patria!


La culpa es de esos vagos mantenidos, repitieron mil veces, no como ustedes, ciudadanos de bien, televidentes de esta transmisión que tras la bonanza petrolera y una dosis de keynesianismo ya han accedido al consumo de pantallas planas, carros y hasta se van de vacaciones, incluso a la universidad (pública), porque se lo merecen. Lo que sí es verdad es que el país está en la ruina… Y también es verdad que antes estábamos mejor pero lo de antes era de mentira y lo de ahora es de verdad: ¡es la lógica imparable del progreso capitalista, chicos!

Entonces pusieron a todas las instituciones y hasta a los periodistas a buscar los contratos mal adjudicados, las cuentas en los bancos extranjeros… Pero todos esos esfuerzos fueron vanos. Resulta que no encontraron los 70 mil millones, entonces tuvieron que sentenciar a Correa por otros asuntos: se les ocurrió lo del “influjo psíquico” y por aquello lo sentenciaron (así tal cual, como los X-Men, haciendo jurisprudencia sobre la telequinesis) en un caso de corrupción…

Total que en la procura de esos billetes invisibles nos fuimos topando con otras cuentas, estas sí bien reales, en el extranjero. Las de Lenín Boltaire (y no es broma) Moreno (¡¿qué hiciste Correa?!) y las de Guillermo Lasso, su sucesor y continuador de la línea neoliberal.

Moreno fue descubierto porque su empresa offshore en Panamá se llama INA como sus hijas, que se llaman IrINA, KarINA y KristINA…

—¡Plop!

O mejor dicho, qué ternura…

Pequeño flashback al 2017: Moreno accede a la presidencia presentándose como un tipo de izquierdas pero al mes de la entronización se convirtió en el mejor panita de los bancos y los medios de comunicación (distinguirlos es cosa seria). El hombre, de sonrisa bonachona, se reveló privatizador y le valió madres todo, al punto que, como buen perro faldero del FMI, retiró el subsidio a la gasolina en el Ecuador (un tótem sagrado) y el gobierno casi se le cae, si no fuera porque tras 11 asesinatos en manos de la policía y el ejército, algunos dirigentes —traidores también— recibieron su tajada y se zanjó el asunto (alucina cómo la historia se repite por todo el continente, ¿no?). Y así siguió Lenin Boltaire, tranquilo, recortando un presupuesto por aquí, unas becas por acá, al tiempo que el mundo comentaba el escandaloso manejo de la crisis sanitaria en el que se descubrió que hasta las bolsas para cadáveres habían sido sobrefacturadas. En un caso con el que el amarillismo ecuatoriano se deleitó, una señora a la que habían declarado muerta en el hospital apareció por su casa a los tantos días, no como fantasma, sino viva. La familia ya había lanzado al río Guayas las cenizas de otro difunto extraviado y sin deudos.

—Parece chiste, pero es anécdota.

—Parece chiste, pero es neoliberalismo.

Lasso, el Banquero, en esos días de las revueltas de octubre de 2019 pedía mano dura para “aquellos que están de acuerdo con el populismo, el anarquismo, la violencia y la barbarie”… Lo decía de manera tan convincente que los medios oficialistas le siguieron exclamando, metafóricamente, por supuesto: “¡Indio visto, indio preso!”. No pues, estos vándalos que se atreven a levantar los adoquines del preciosísimo centro histórico de Quito, esas no son las ma-ne-ras…

Hoy, a este caballero —que en sus alocuciones dispensa mensajes de esperanza, llenándose la boca con las palabras libertad y honestidad, sentado en un sillón como abuelo bonachón, risueño, blanquito, bien peinado, junto a su fértil, cómo no, familia Opus Dei “que son lo más”— le han descubierto un patrimonio multimillonario en los paraísos fiscales.

“Paraíso fiscal”. Tax Havens, en inglés. ¿Heavens o havens? Havens. ¿Seguro? No. Pero suena más lindo. Igual de lindo que “Feriado Bancario”. De hecho, ¿cómo se dice “Feriado Bancario” en inglés? No sé. En argentino se dice “corralito”, feísimo.

Tormenta. ¿O sea que este man no paga impuestos pero sí sube la gasolina?

Se caen las máscaras. Vuelve el fantasma del paro. Como cuando en octubre de 2019 el movimiento indígena paralizó el país. Igualito. Bajan de las comunidades —prohibidísimo— como quienes salen de sus cuartos en el fondo de la casa, y luego no hay quien los pare. Bueno, quizás alguna dirigencia traidora, pero sino: ¡qué tiemble el Estado!

Se le viene el mundo encima al Banquero. Un periodista afín al poder (le dicen el enano más grande del mundo) le entrevista en Cadena Nacional para salvar los muebles: que usted es un gran señor, patrimonio bien habido, creemos en la libertad de hacer lo que se nos dé la gana (como Bad Bunny) con nuestro dinero, dice. Y Lasso responde: que los Pandora Papers son una conspiración internacional y revolea documentos ilegibles en vivo y en directo diciendo que no es verdad, que George Soros está detrás de todo.

La última tomadura de pelo: a sabiendas de lo sensible del tema del subsidio a la gasolina, Lasso por fin decide “congelar” el precio… ¡pero tras subirlo el mismo día! —Plop.
Entonces, ahora sí, la gente vuelve a las calles, las mujeres indígenas al frente, un indio de poncho rojo al frente, pero también estudiantes, sindicatos, lxs de a pie. Y Lasso, mano dura, como le exigía a Moreno, con el ejército en las calles. Al Ecuador se lo saca adelante trabajando, pues.

Así vamos, con una tasa de desempleo histórica, con los milicos acechando, con masacres horrorosas en las cárceles, con la infraestructura pública cayéndose a pedazos, mientras al hijo del presidente banquero le encuentran un yate en Guayaquil de más de medio millón de dólares, por el que ha pagado el total de… 0 impuestos. Así va la cosa.

Última hora: Lasso desafiante dice que va a privatizar el sector eléctrico, así lo dice: “el sector eléctrico”, no una compañía, no una hidroeléctrica, todo, de una, para qué perder el tiempo, si el tiempo no para.

Imagen: Cuenta oficial de Twitter de Guillermo Lasso (@LassoGuillermo)

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